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CON MIS DIOSES


Ahí estoy en Londres, sentado en la calle, justo antes de ver junto a mi familia a The Beach Boys en el Royal Albert Hall y al día siguiente a The Rolling Stones en Hyde Park. Qué os voy a decir, solo que necesitaba algo así en mi vida que me reconfortara y que me acercara en persona a los dioses de la música ante el hastío de ver toda esta mugre que nos rodea por aquí, ante el vacío que me produce ver cómo todo lo que llega musicalmente a nuestros niños - y a todos nosotros - son Rosalías y Tanganas que tratan de vendernos -incluso reputados críticos - como si fueran el acabose. Yo siempre he escuchado de todo, he valorado todo, y sigo haciéndolo, pero a estas alturas nadie puede engañarme. Entre los Stones y los Beach Boys suman muchos, pero muchos años, pero a pesar de eso, a pesar de que no estuviera Brian Wilson (a quien tuve la oportunidad de ver con los Beach Boys en una ocasión), a pesar de no estar el añorado Charlie Watts con los Stones (a los que he visto “que yo recuerde” en cinco ocasiones), estos han sido dos de los mejores conciertos entre los miles que he visto en mi vida. Y esto te reconcilia con la humanidad y te hace sacar la cabeza de nuevo un poquito afuera, para así poder respirar, a placer. Bendita música, qué haría yo sin ella.


Uno de los recuerdos que conservo más bellos de estos días es cuando subimos al metro de regreso al hotel tras el concierto de los Stones donde hubo 50000 personas. Imaginaos el vagón hasta arriba de gente, mucha gente muy joven en ese metro que cogimos en una estación entre miles de personas en una esquina de Hyde Park, mucha gente joven y todos veníamos del concierto. De repente alguien comenzó a tararear la última canción del concierto “Satisfaction”. Siempre recordaré las miradas de todos lo que estábamos allí, brillantes y sí, “llenas de satisfacción”, era increíble el concierto que juntos acabábamos de ver. Y como si un resorte actuara en el interior de todos nosotros, todos, juntos, desbordantes de felicidad, nos pusimos a tararear na na, na na na, na na ra na na na na en ese vagón, el más emocionante y musical en el que he viajado en toda mi vida rumbo a nuevas singladuras.

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