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ESA MANO INVISIBLE QUE NOS TRAE Y NOS LLEVA

  • Foto del escritor: Mariano Casanova
    Mariano Casanova
  • hace 5 días
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: hace 4 días


Con el personaje de El Diablo Marcos Alcalde Escanero
Con el personaje de El Diablo Marcos Alcalde Escanero

Cuando Distrito 14 regresamos de Estados Unidos, los tres que permanecíamos en el grupo, Enrique Mavilla, Juan Millán y yo, nos encerramos todo un invierno en el Monasterio de Veruela. Llegamos allí un 13 de diciembre de 2001, con una temperatura de 13 grados bajo cero, y nos marchamos a mediados de marzo de 2002. Nos acompañó Eduardo Balsa, un buen amigo que, por casualidades increíbles de la vida, habíamos conocido años antes en Santiago de Cuba, durante nuestra primera gira cubana. Así que, esta vez, nos lo volvimos a encontrar, pero trabajando en la biblioteca de la Diputación Provincial de Zaragoza y siendo uno de los encargados de organizar actos culturales en el monasterio durante el verano. Así que el destino quiso (y nosotros, y Eduardo) que fuera elegido por la Diputación para acompañarnos y ayudarnos mientras allí vivimos y ensayamos y dimos forma al que habría de ser nuestro nuevo disco “El Sueño de la Tortuga” y a un disco posterior que grabamos en directo en la iglesia del Monasterio. Allí en el monasterio no hay monjes. En aquél frío invierno, apenas llegaba nadie hasta allí a visitarlo, nadie, así que todo el tiempo permanecíamos solos, excepto algún encuentro fugaz con unos poquitos responsables y trabajadores del lugar, una gente encantadora.


Pero lo más importante de aquel invierno en el monasterio fue nuestro restablecimiento, sobre todo mental, después de años sin parar de girar y buscarnos la vida en las largas estancias y giras norteamericanas. Habían sido años maravillosos, pero a la vez muy duros, extremos, sería largo de explicar, de hecho nos fuimos para USA en el 99 siendo cinco en el grupo y tras la última gira quedamos solo tres, y más adelante dos, Quique y yo, hasta que unos años después llegó aquella inolvidable despedida en 2008, que quedó reflejada para siempre en el largometraje documental que dirigió Juanma Bajo Ulloa, titulado “Distrito 14 Historia de un Grupo de Rock”, que hoy mismo puede verse en plataformas de televisión en España y México.


Durante aquellos meses en el monasterio casi todo el tiempo lo pasé solo, paseando por las distintas estancias y, sobre todo, sentado sobre una piedra frente al huerto y el cementerio, en un lugar desde donde podía ver las laderas nevadas y la cima del Moncayo, que se convirtió en un tótem para mí. Por fin pude detenerme a mirar atrás, algo que no había podido hacer en años. Y pude darme cuenta de cuánto habíamos hecho; y pude pasear de noche por el claustro; y pude ver el cielo estrellado junto a mis dos compañeros y a nuestro querido Eduardo, cada noche, después de cenar; y pude soñar de nuevo, de ahí el título del que fue el posterior disco que trabajamos allí durante aquellos meses.


Y también tuve bastante tiempo para leer, vital para mí, como respirar. Y en esas que cayó en mis manos un libro que había en el monasterio, donde vi por primera vez una antigua foto de La Contradanza de Cetina. Yo sabía de la existencia de esa tradición, pero quedé hipnotizado por esa imagen en blanco y negro, medio velada, que allí vi y que hizo volar mi imaginación. Recuerdo preguntar por ello a Javier Bona, historiador y arqueólogo y -sobre todo- gran amigo, que de vez en cuando nos visitaba. Y me contó algunas cosas que me hicieron sentir aún más interés por conocer y visitar algún día esa tradición milenaria del pueblo de Cetina. Y pensé, ya entonces: Quizá algún día pueda conocerles, e incluso trabajar en algo artístico junto a ellos. Sueños del Monasterio de Veruela que dejé en manos de la providencia, pero sin dejar de pensar en ellos, nunca, ni de perseguirlos, a mi modo, con mi manera de entender el tiempo, que no se la deseo a nadie, ja ja ja ja, o sí.

 

Pasaron los años, intensos, sacamos algunos discos, los luchamos hasta que nos quedamos solos en Distrito 14 Quique y yo, y seguimos luchando solos, hasta que, al ver que me iba a quedar solo yo, decidí que era hora de decir adiós.


Yo durante todos, o casi todos esos años desde el monasterio, estuve pendiente de la Contradanza, tratando de enterarme de si se celebraba o no. La verdad es que sentía que había un secretismo enorme en torno a ello, que era como algo muy de Cetina y solo de Cetina, algo muy desconocido fuera de allí. Recuerdo que en alguna ocasión para enterarme si se celebraba o no, el único modo que encontré fue buscar en la guía de teléfonos (esto los chavales que lo lean ahora no sabrán ni que es) algún teléfono del pueblo, el de algún bar, y llamar y preguntar a quien respondiera.


Pero por circunstancias de la vida no conseguí durante años poder ir: Porque todo indicaba que iba a llover, porque nació nuestro hijo y mi dedicación fue él, ante todo, o porque en una ocasión no se celebraba al no haber suficientes Contradanceros. Y otras veces porque yo estaba de viaje. En fin. Y yo siempre hablando de la Contradanza por aquí y por allí y de que quería ir a conocerla. Susana, mi mujer, puede dar testimonio de ello. Hice varios intentos, incluso en una ocasión, ahora no recuerdo por qué estando yendo ya en el coche camino de allí, tuve que darme la vuelta.


Y así pasó el tiempo. Y en la primavera de 2015 edité mi primer disco en solitario titulado “Al Final de la Ciudad Dormida”. Un disco que no pensaba presentar en directo porque estaba retirado de los escenarios, así que lo que sí hice fue algunos vídeo clips de algunas canciones. Pero había una titulada “De Colores” que, desde el principio, desde que la había compuesto, había sentido que era la canción que, desde hacía tantos años, en el monasterio, estaba esperando: Era la canción con la que poder hacer algo por fin, con la Contradanza. Así que decidí que, como fuera, ese año sí iba a ir a Cetina en la celebración de la Contradanza, a tratar de conocerles, pensando en que tal vez pudiera convencerles, para que al año siguiente quisieran hacer un video clip conmigo para esa canción.


El día 11 de mayo de 2015 fui a Aragón Televisión donde, con motivo de la salida de mi disco en solitario, me habían invitado a presentarlo en un programa presentado por Adriana Oliveros y Jesús Nadador. Allí iba a tocar una de mis canciones nuevas en directo. Fui con mi querido Alexey “Ringo”, que me iba a acompañar tocando la percusión, y yo iba a cantar con mi guitarra. Y cuando estaba probando sonido en el plató oí que de lejos alguien decía a otro aún más lejos:


- ¡Ya han llegado los de la Contradanza!


Y yo pensé:


- ¿Qué?


No lo podía creer, no vi el momento de terminar de probar sonido y dirigirme corriendo al personal de la tele y preguntarles, oye: ¿He oído bien? ¿Están aquí los de la Contradanza de Cetina? Sí, sí, ahí están en el camerino. Así que fui corriendo hasta allí, no me hizo falta llamar a la puerta, la tenían abierta, así que me asomé y les dije a todos:


- ¡No os lo vais a creer!


Y lo demás ya es historia. Allí mismo en el plató tras mi actuación, Bernardo, uno de los Contradanceros, que ejerció como portavoz en el programa, se sumó improvisadamente a mis palabras en el escenario después de que toqué mi canción y allí mismo, en directo, sellamos el compromiso de hacer algo juntos La Contradanza y yo.


Ocho días después estábamos en Cetina grabando el vídeo clip de mi canción “De Colores” y comenzando algo que, desde entonces, forma parte de mi vida y de la de mi familia. Ayer se cumplieron diez años de aquello. Durante estos diez años, con la salvedad del año pasado que estaba de viaje y el tiempo en que no se pudo celebrar por el maldito Covid, he estado allí celebrando la Contradanza y el maravilloso Dance y sobre todo celebrando la amistad que, desde entonces, me une a tantos vecinos de ese pueblo. Hasta que llegamos allí hace diez años esto era algo que mi familia y yo no podíamos imaginar, ni de lejos: Ese cariño que sentimos cada vez que vamos por parte de los vecinos, de todas las edades, da igual, niños, jóvenes, mayores y muy mayores, es maravilloso. Qué más que esto te puede dar mi profesión, casi siempre tan dura y tan exigente. Pues bien, solo por momentos como estos siento que el trabajo de tantos años ya, ha merecido la pena. Allí he estado cada 19 de mayo todos estos años, unas veces solo y cuando las obligaciones lo han permitido acompañado de mi mujer y nuestro hijo. Y ayer ahí estuvimos de nuevo Susana y yo, diez años después, gracias a esas cosas que pasan en la vida, gracias a esa mano invisible que a veces nos trae y nos lleva y nos hace ver que la vida, si crees en ella, te hace llegar a un lugar siempre distinto al que imaginaste, pero que una vez conocido no cambiarías por nada.


(Si quieres ver el vídeo "De Colores" que hice junto a la Contradanza entra aquí https://youtu.be/GHLXfUvixOo?si=-sYEFTQJ5ZvxizcR




 
 
 

1 comentário


eadrian
hace 2 días

Joder Mariano! Leer tus historias me hace teledisfrutar de tu pasión. Me encantaría hacerlo más de cerca.

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