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EN UN BANCO DE MONTMARTRE


En París tras la premiere de mi disco en solitario junto a José María Riba y familia y Ramón Arroyo y familia. Diciembre de 2014

Hoy ha muerto alguien a quien quiero, hoy ha muerto tras una larga enfermedad un gran amigo. Hoy ha muerto alguien que me ayudó en un momento crucial de mi vida y de mi familia. Hoy ha muerto una de esas pocas personas que se han cruzado en mi camino a quienes me gustaría parecerme, una de esas contadas personas en mi vida que han sido ejemplo para mí en su esencia, en su ser y en su modo de vivir los días. Hoy ha muerto José María Riba. Alguien que habiendo permanecido siempre en el anonimato sin embargo es llorado en estos momentos por las gentes del cine español en pleno y en buena medida también por el cine francés y latinoamericano.

Le conocí gracias al director Juanma Bajo Ulloa, cuando estábamos presentando nuestra película “Historia de un Grupo de Rock” en festivales internacionales de cine alrededor del mundo. Mi buen amigo Juanma me dijo un día que me debería poner en contacto con él, con Riba, me contó que vivía en París y que era una persona magnífica que había formado parte durante muchos años de la dirección del festival de San Sebastián, que era programador del Festival de Cannes y que acababa de dar forma a un nuevo festival de cine en Paris llamado Different, donde llevaba lo mejor del cine español para darlo a conocer en Francia. Me dijo que creía que Riba podría ser de gran ayuda. Que merecía la pena que le enviara nuestra película a ver qué opinaba.

Ahí comenzó todo, con ese primer email que envié a Riba, con esa primera llamada posterior. Ahí comenzó a nacer una amistad o más que eso. Nos seleccionó para el festival en París en 2009, fuimos para allí y en poco tiempo, para mi mujer Susana, para mi hijo Leo y para mí se convirtió en familia, al igual que su mujer Eva, y su hija Luna, con quienes compartimos tantos momentos emocionantes e inolvidables en aquella ciudad magnífica a partir de entonces. Gracias a Riba pudimos conocer además a personas extraordinarias, como todo el equipo encargado de organizar el Festival Different. Personas adorables y apasionados amantes del cine. Gracias a Riba también conocí a Ramon Arroyo, guitarrista de “Los Secretos”, con quien actúe tres veces allí precisamente en Paris, ciudad que me tiene atrapado y que para siempre permanecerá unida en mi corazón a la figura de José María Riba y a toda su gente. Allí, en el barrio de Montmartre, grabé el vídeo clip de mi canción “Una Noche de Invierno” con producción de Riba y de la asociación “Espagnolas en Paris”, cuya misión es dar a conocer nuestro cine entre el público francés. Y gracias a Riba conocimos a la entrañable actriz Laura del Sol directora junto con Riba de dicha asociación. Además Laura del Sol fue quien dirigió mi video clip junto con mi querido realizador Laurent Frapat. Cuántos maravillosos recuerdos, qué barbaridad. Y cuántas personas maravillosas han rodeado siempre a mi amigo Riba. Qué afortunado fui por conocerle y por haber podido compartir con él tantos momentos inolvidables.

José María Riba se convirtió en acérrimo defensor de nuestra película y en un baluarte a prueba de bombas para mi música. Él organizó la Premier Mundial de mi primer disco en solitario en París y él fue la única razón para que yo actuara antes de eso en solitario, en las dos únicas ocasiones que me aventuré a hacerlo tras el final de mi grupo Distrito 14. Y es que en buena parte de los festivales donde acudíamos a presentar la película me proponían actuar en directo, algo que para mí no tenía sentido ya que estaba presentando una película que estaba contando precisamente el final de mi carrera al frente de mi grupo y la despedida de esa etapa y de esas canciones en mi vida. Yo no tenía ganas de actuar, y así hice, excepto cuando Riba me lo propuso en Paris ¿Cómo lo consiguió de esa forma tan sencilla a la que no opuse ningún tipo de resistencia?

Unos meses después, estando juntos en el festival de cine de Morelia en México, donde él también desarrollaba su labor, con motivo de la presentación de nuestra película se organizó por parte del festival una fiesta especial donde había un grupo de música actuando. La proyección de la película había sido un éxito, habíamos conseguido conmover hasta los corazones más duros del lugar. De repente en mitad de la fiesta oí como decían mi nombre y me reclamaban desde el micrófono para que me acercara y tocara algunas de mis canciones, justo cuando yo me había aventurado con unos tequilas llevado por la sentimentalidad del momento y la belleza del lugar; perdida hacía muchos años ya por mí la costumbre de beber. Sentí que no estaba en condiciones de subir al escenario. Pero al fondo entre la gente vi la sonrisa pícara de mi querido amigo José María dirigiéndose a mí y como un resorte, su mirada limpia y bondadosa, me hizo lanzarme al ruedo de repente, sin reparar en cuestiones vanas. Él había encargado secretamente a los músicos que me llamaran y me propusieran tocar y yo de buen grado (nunca mejor dicho) no pude negarme ante mi querido amigo. Ésa fue la única vez que he actuado en directo en México. Finalmente creo que conseguí armar una buena faena ante el respetable, sin que se notara en absoluto mi falta de rodaje y mi sobra de carburante y ahí mismo me prometí que regresaría algún día a actuar a aquél país que tanto quiero, algo que hasta hoy no he podido cumplir por circunstancias, pero que haré sin duda alguna. Es una promesa que quiero llevar a cabo, hoy más que nunca, lo antes posible, o mejor dicho - en estos momentos de incertidumbre mundial que todos estamos viviendo- en cuanto se pueda.

Nunca más desde esos días en Morelia - hace ya muchos años, en 2009 - probé una gota de alcohol, pero cuando vuelva a actuar algún día a México brindaré de nuevo en honor de mi amigo José María Riba, que tanto amaba aquel país donde pude comprobar lo querido que era también entre la gente del cine. En México tuve la fortuna de presentar nuestra película en cuatro ocasiones y allí he viajado algunas veces más, y es un lugar sagrado para mí, un lugar que yo también amo y que ocupa un lugar importante en mi vida y espero que aún ocupe más. Y a eso contribuyó también mi amigo Riba.

Es curioso cómo es la vida. Anoche, decidimos poner en casa una película que desde hace años siempre quise ver, es increíble no haberla visto hasta ahora la verdad, se trata de “Cinema Paradiso”. Creo que muy pocas películas en mi vida me han emocionado tanto. Está colocada desde anoche entre las películas que más me han gustado en mi vida. Imagino que muchos la habéis visto. Una película donde todo gira en torno al inmenso amor al cine. Y no pude evitar acordarme de Riba, de su pasión por el cine, de su trabajo incansable - y en muchas ocasiones a contracorriente - para la difusión del cine de calidad dentro y fuera de nuestras fronteras, desde hace tantos años. Qué casualidad haber visto esta película, este homenaje a quienes tanto aman el cine, justo en la noche en que nuestro amigo Riba nos estaba diciendo adiós desde su último fotograma, ese en el que aprovechar para enjugar las últimas lágrimas de emoción antes de que las luces se enciendan en la sala.

Gracias a nuestra película “Historia de un Grupo de Rock” tuve la oportunidad de conocer algo de ese mundo del cine y de sus mejores gentes, amantes de las buenas historias, gente a quien mueve los buenos sentimientos. Fueron momentos magníficos e inolvidables aquellos en que estuve luchando por dar a conocer nuestra película junto a Juanma Bajo Ulloa alrededor del mundo. También fueron años muy difíciles, para su producción tuvimos que arriesgar mi mujer y yo con nuestro hijo recién nacido nuestra casa por pagar, nuestra vida entera. Se rozó el desastre. Después durante muchos años tuvimos que hacer frente junto a Quique Mavilla a una enorme deuda con los bancos. Pero la película tenía que existir ¿Verdad amigo Riba? Sí, nuestra película tenía que existir. El sueño de una vida dedicada a la música de unos muchachos de un barrio de Zaragoza se transformó en ese otro mundo de sueños que tan magistralmente supo destilar nuestro querido Juanma Bajo Ulloa. Que a ti amigo Riba te gustara y emocionara tanto nuestra película es una prueba clara de que mereció la pena todo el enorme sacrificio, los desvelos, la incertidumbre.

También viene a mi memoria ahora cuando después de mucho tiempo tratando de encontrar un modo de venderla dignamente, como la obra merece, y tratando desesperadamente de que resultara algún beneficio que pudiera compensar la deuda en aquellos momentos tan difíciles en plena crisis general, me aconsejaste que lo dejara estar y que tenía que seguir adelante con mi tarea, con nuevas canciones. Y te hice caso amigo Riba, te hice caso. Y hoy nuestra película está encerrada en un cajón, pero existe y estoy seguro, completamente seguro de que algún día encontrará su lugar y que el tiempo te dará la razón, a ti amigo, a tu querido festival y a tantos otros festivales que la programaron, en algunos casos también con tu ayuda. Y por supuesto sé que el tiempo le dará la razón a tanto público que al final de cada sesión cinematográfica alrededor del mundo se acercó conmovido a mostrarnos su emoción y a felicitarnos.

Susana, mi mujer, me decía hace un rato:

  • Es la primera vez que muere alguien que queremos tanto y sin embargo tengo el sentimiento de que esta aquí con nosotros, diciéndonos ¡No pasa nada! ¡No estéis tristes! ¡Adelante! ¡Ánimo! ¡Hay que seguir adelante!

Sí, tiene razón Susana, estoy completamente seguro de que así es, yo también puedo sentirlo de ese mismo modo, pero es que precisamente es eso lo que me hace estar hoy tan triste.

Querido José María Riba, querido amigo, más que amigo. Seguiré como siempre tu sabio consejo, seguiré adelante, habrá nuevas canciones que espero que te sigan gustando como hasta ahora y quiero que sepas que tú formaras parte de ellas porque desde que te conocí en 2009 has formado y siempre formaras parte de mi vida. Recuerdo cómo hablábamos antes de ir yo a uno u otro festival, siempre te llamaba antes para pedirte consejo y me deseabas buen viaje, o nos lo deseábamos mutuamente, como aquella vez que coincidimos en Morelia, tan inolvidable. Ahora soy yo el que te desea buen viaje querido amigo. Seguro que algún día - espero que dentro de muchos años - estarás también presto cuando llegue el momento para ayudarme a comprender cómo son las cosas por allí donde ahora te has ido; seguro que para cuando yo llegue tú las habrás hecho aún más sencillas, más amables, más hermosas. Por el momento te iré contando amigo, o cantando, al fin y al cabo es lo mismo. Por el momento lo haré desde aquí o desde donde pueda, o como nos gustaba imaginar: Sentado en un banco de Montmartre, ese lugar donde en mi primera vez en París sentí que mi nuevo y definitivo camino en la música había vuelto a comenzar tras las cenizas de Distrito 14. Pero esa es una historia entre tú y yo que sería ahora larga de explicar.

Hoy he encontrado esta foto que nos hicimos en Paris, en el hall del cine Majestic Passy, tras la Premier de mi primer disco en solitario que organizaste en 2014 junto al maravilloso equipo de Espagnolas en Paris. Ahí estamos juntos, tu esposa Eva, tu hija Luna, mi querido guitarrista Mané Larregla, Ramon Arroyo que ese día también actuó conmigo y Pepa, su hermana y Alberto, su esposo, a quienes tanto quieres. Y ahí está mi familia, mi mujer Susana y mi hijo Leo, sí, ahí está él contigo, bajo el cariñoso abrazo de su tío José María Riba. Ésta es la imagen de la felicidad que guardaré para siempre en mi corazón. Ésta es la imagen de lo que tú hacías siempre posible, como si fuera algo sencillo.

Nunca dejaré de quererte amigo José María. Siempre permanecerás en mi corazón. Desde aquí todo mi amor y el de mi familia para quienes tanto amasteis y amaréis siempre a nuestro querido Riba, muy especialmente a su esposa Eva e hijas Luna y Saioa y a su familia de Espagnolas en París.

Mariano Casanova

En Zaragoza, 2 de mayo de 2020

Aquí abajo el vídeo grabado en 2014 en París para mi canción "Una Noche de Inverno"

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