Pregón de las Fiestas 2015 del Barrio de la Jota
Vecinos y vecinas del Barrio de la Jota, mi barrio, nuestro barrio.
A petición de la Asociación de Vecinos tengo el honor de ser el pregonero de las fiestas de este año 2015. En mi vida me imaginaba yo que podría estar aquí lanzando este pregón y dando comienzo a unos días que durante tantos años de mi infancia y adolescencia fueron tan esperados y especiales por mí, por todos mis amigos y en general por todos los niños y jóvenes del barrio de entonces. Y así imagino que seguirá siendo ahora para vosotros niños y jóvenes y también para vosotros los mayores, desde luego. Aunque quizá en vuestro caso, como en el mío, estos días estén además algo teñidos de recuerdos y nostalgia, sentimientos que en ningún modo creo que hayan de dejarse a un lado sino muy al contrario. Recuerdos y nostalgia forman parte ineludible – a mi entender – de la emoción y la belleza de la vida.
Primero de todo gracias a quienes han creído que yo era merecedor de dar este pregón, gracias porque este honor para mí es enorme. Aquí, en este barrio nací, en la calle de Los Caracoles, aquí crecí y a la par crecieron mis sueños de dedicar mi vida a la música, algo que mediante la entrega máxima a esta vocación y a veces a golpes – de suerte y de los otros – me han hecho llegar a los cincuenta años todavía con una guitarra en las manos, creando canciones, muchas de ellas inspiradas por estas calles y por las cosas vividas aquí en el barrio, emociones que cada vez que recorro estos lugares me asaltan en cualquier rincón, en cualquier esquina, recuerdos imborrables que me han dado en muchas ocasiones la fuerza necesaria para dedicarme a esta tarea – ingrata a veces- pero maravillosa. Una dedicación que no cambiaría seguro por ninguna otra. Aunque bueno, también me hubiera encantado ser un buen medio centro en el Real Zaragoza y emular al aquí presente José Luis Violeta, mi héroe en el campo como capitán de los zaraguayos cuando yo era niño y mi amigo hoy, quién me lo iba a decir. Eso sí, no hubiera pretendido llegar a su nivel solo reservado para muy pocos, porque estamos hablando de la estratosfera en el fútbol. Que por cierto, esto último, la estratosfera, tiene mucho que ver con mi otra vocación de niño, ser astronauta. Bah!! No se me ocurre nada comparable a esto.
Sí, tengo que reconocerlo, estas son mis dos vocaciones frustradas. Pero aparte de estas dos cosas – que lamentablemente fueron imposibles de conseguir- solo la música y la escritura son para mí la fuente de la que puedo extraer algo que creo pueda servir para agradecer en la medida de mis posibilidades por la fortuna de estar aquí en este mundo, en pie, cada mañana, con ilusión.
Y precisamente esta sencilla palabra, ilusión, es la que me gustaría que quedara como resumen de este pregón que habéis tenido el atrevimiento de encargarme. Porque este sentimiento, creo que es en un porcentaje muy alto la base del carácter que hizo y hace para mi especial a la gente de este barrio, un carácter que de niño sentí de forma clara y que fue la inspiración y la guía a seguir durante toda mi vida. Un carácter común a aquellos primeros vecinos que desde tantos lugares vinieron a vivir hasta aquí con la esperanza de una vida mejor.
Creo que formo parte de la primera generación nacida en este barrio, generación de la ilusión, al margen de que esa ilusión se viera truncada en el tiempo en muchos casos por hechos y momentos difíciles y tristes de recordar, pero eso es otra historia. Y quiero deciros, vecinos, que estoy orgulloso, orgullosísimo cada vez que en una noticia o en una entrevista debida a mi trabajo se hace referencia a que soy del Barrio de La Jota, y sobre todo cuando esto aparece mencionado muy lejos, en otros países.
Yo no entiendo de sentimientos egoístas que hacen sentirse a alguien mejor o con más derechos por el hecho de haber nacido en uno u otro pedazo de tierra. Yo no creo que nadie sea más y mejor que nadie por pertenecer a un lugar, pertenecer a un lugar no tiene en absoluto ningún mérito.
Pero es completamente cierto que en el fondo de mi alma, si de algún lugar me siento es de aquí, del Barrio de la Jota: Aquí crecí a la par que crecía el barrio y llegaban nuevos vecinos, nuevas casas, nuevas calles, nuevos sueños por vivir. Aquí forjé desde niño amistades para toda una vida, aquí comencé a tocar. Ahí mismo, en la puerta de la iglesia hice mi primer concierto con 13 años, con aquél grupo Zen… cuando éramos niños. Ahí atrás en una parcela esquina con Felisa Galé decidimos formar Distrito 14 pocos años después. Pero es que antes que nosotros aún hubo otros que nos marcaron el camino, afortunados nosotros: Frente a mi casa vivía Alberto, mi amigo de la infancia y de correrías desde que comencé a dar mis primeros pasos y mi compañero después en Distrito 14 durante tantos años. Su madre, Maruja Santafé, era y es a mi entender la mejor cantante de jotas que ha habido en la historia en Aragón y de hecho varias veces se llevó este premio. Dónde mejor vivir para ella que en el Barrio de La Jota. Ella es para mí sin duda quien mejor puede representar las virtudes de este barrio, como persona y como cantante. Yo crecí jugando con Alberto en su casa escuchando a su madre cantar en la cocina mientras hacía la comida. Y asistía, como algo normal, a su partida semanal para acudir a cantar a tantos lugares, a veces muy lejanos y que yo solo imaginaba en sueños… como Nueva York. Y también aquí mismo, justo donde está este escenario, recuerdo tocando en unas fiestas del barrio a un grupo que nos sirvió de ejemplo a nosotros niños entonces, Abraxas se llamaban, el primer grupo que hubo en el barrio. Años más tarde dos de sus componentes Tito y Javi, formaron parte de Distrito 14 y su técnico de sonido, nuestro querido Miguel Angel, también fue nuestro técnico y quien en una inolvidable noche de verano nos dio la idea de formar nuestro propio grupo.
En fin, mil recuerdos. Solo quiero, antes de terminar y con vuestro permiso, dedicar este pregón a tantas personas que dedicaron y dedican parte de su vida y de su energía con ilusión a los demás, tanto desde la Asociación de Vecinos, como desde la Parroquia, o de modo anónimo, o a través de la música, como sea… porque gracias en buena parte a ellos, a los que fueron y a los que son, en este barrio se consiguieron muchas cosas.
Amigos, aquí donde estamos ahora había charcos – que por cierto me encantaban – y se luchó codo con codo entre todos los vecinos para que se asfaltaran las calles, para que se quitaran peligros como las torres de alta tensión que había entre las casas, para que no se derribaran las parcelas amenazadas por la especulación, se luchó para ayudar a muchas personas que lo estaban pasando mal, para que hubiera escuelas, médicos, dignidad, libertad, derechos, se luchó para que de una vez se exterminaran las plagas de ratas que de niños encorríamos y matábamos a pedradas, patadas y perdigonazos. Para tantas cosas se luchó codo con codo en este barrio al final de una ciudad dormida.
Para los que ahora lo estáis pasando mal, para los que estáis sufriendo esta crisis actual, sabed o recordad que antes hubo momentos muy duros, aquí mismo, en este barrio. Pero los niños a pesar de las penurias, de la falta de libertad, de tantas cosas malas, salíamos a la calle a jugar y también a luchar porque creíamos que otro mundo mucho mejor era posible. Y crecimos tratando de aprender, aprender en la escuela, en el instituto, en el trabajo, pero también en la calle, en nuestras casas, lo más posible, para que un día no llegaran de nuevo otros más listos y aparentemente más fuertes que nosotros que engañándonos nos obligaran a aceptar sin respuesta qué tenía que ser lo bueno y que tenía que ser lo malo. Aprendimos a pensar por nosotros mismos y así, con educación, con ilusión y sobretodo sin creernos poseedores de una única verdad crecimos conscientes de lo justo y de lo injusto, opinando y escuchando a los demás y creo de todo corazón que seguir este camino fue una buena elección.
Queridos vecinos y vecinas, jóvenes, niños y mayores, que nadie os quite la sonrisa de vuestro rostro, que nadie os robe la ilusión, porque estoy seguro de que ese es el camino y hoy y estos días próximos hay que celebrarlo con la esperanza de días mejores.
Gracias Asociación de vecinos por tantos honores, también por vuestro empeño para que este Centro Cívico que tenemos ahí enfrente lleve el nombre del grupo al que dediqué la mayor parte de mi vida, Distrito 14. Gracias y mi respeto y mi homenaje a todos los compañeros con quienes compartí música y escenarios, también mi recuerdo a tantos buenos músicos y grupos que han crecido y siguen creciendo en este barrio. Un barrio con nombre de música y con nombre de músicos en muchas de sus calles. Así que: ¡Que suene la música una vez más, creada y tocada por un grupo de aquí!. Con ellos os dejo, con un grupo del barrio que está comenzando a dar sus pasos con firmeza, el grupo Crisis, cuyo nombre, reflejo crudo de estos momentos, significa también para mí algo necesario para la vida, algo necesario para aprender, para salir adelante renovados, juntos, con ilusión, sí, así lo creo.
¡Viva el Barrio de La Jota!… y que den comienzo de una vez – y yo me callo ya – las fiestas de nuestro barrio en este 2015.